Yo quería esa rosa de aquel rojo tan hermoso que mis ojos se pusieron llorosos de tremendo poder al verla. Pero nunca tuve oportunidad de tocarte, solo contemplarte. No quería arrancarte la vida por tal capricho mio, por quedarme contigo, y alejarte de donde nunca debes ser alejada...
cómo detenerme si voy cuesta abajo, si algo se apodera de mi cuerpo atando manos y pies, manipulándome, impulsándome a caer, cada vez más y más...pero espero, algún día, poder cortar esas amarras que limitan cada uno de mis movimientos.
Y a ratos se esboza una sonrisa, pero se va tan rápido como puede. Corre espantada de tan malos recuerdos, recuerdos que no me pertenecen, que enfrían mi cuerpo, lo estremecen, que lo acechan. Luego empieza como la lluvia...de a poco, una lagrima, otra lagrima....un llanto eterno, convertido en un mar a mis pies. Y mi mente la llama, quiere que vuelva un segundo...sentir dicho regocijo una vez más.
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